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Fundamentos básicos de iluminación

Todo lo que perciben nuestros ojos, estos importantes órganos con que percibimos el mundo que nos rodea…no es más que luz. Esto es porque hay objetos que la emiten, la reflejan o la obstruyen, generando diversos matices, colores y tonalidades. También es importante recalcar que toda la luz que percibimos no se queda simplemente en nuestros ojos, sino que es procesada por nuestro cerebro, lo que desencadena una serie de reacciones, emociones y pensamientos que nos permiten procesar y darle significado a todo lo que observamos.

Distintos tipos de Iluminación con tonos cálidos y fríos producen distintos estados de ánimo que pueden favorecer ciertos comportamientos o actividades dentro de un espacio arquitectónico
Distintos tipos de Iluminación con tonos cálidos y fríos producen distintos estados de ánimo que pueden favorecer ciertos comportamientos o actividades dentro de un espacio arquitectónico

En la arquitectura la iluminación tiene diversos objetivos que van más allá de simplemente permitirnos tener una visión clara del espacio en que nos encontramos. La iluminación cumple importantes funciones tanto de día como de noche, tales como destacar ciertos elementos de una edificación, generar ciertos estados de ánimo al encontrarnos en un espacio arquitectónico y favorecer la realización de numerosas actividades. La luz artificial y la luz natural deben complementarse para dar en todo momento  los niveles de iluminación necesarios para mantener una atmósfera de comodidad y bienestar.

La iluminación natural

La luz natural es imprescindible para la mayoría de los seres vivos ya que está relacionada con el funcionamiento de numerosos ciclos y procesos vitales, por lo que debe de ser prioridad su adecuado aprovechamiento en todos los espacios arquitectónicos posibles. Ésta luz proviene de diversas fuentes tales como el sol (luz natural directa), el brillo del cielo (luz difusa) y de los reflejos de estas dos fuentes, los cuales percibimos como el color de los objetos. Uno de los principales elementos arquitectónicos que permiten el aprovechamiento de la luz natural son las ventanas y por ello los reglamentos de construcción establecen que éstas deben de ser al menos del 17.5% de la superficie del espacio arquitectónico que deben iluminar, siendo lo más recomendable que éstas sean arriba del 20%.

 Diversos elementos arquitectónicos para captar iluminación natural (De Izq. a Der. domo cenital, domo entubado y tragaluz)
Diversos elementos arquitectónicos para captar iluminación natural (De Izq. a Der. domo cenital, domo entubado y tragaluz)

Otros elementos que permiten una adecuada entrada de luz natural a los espacios arquitectónicos son los domos y los tragaluces, cuyo diseño debe realizarse de una manera cuidadosa para que sean estéticamente agradables, no supongan riesgos a la seguridad de las edificaciones y no generen demasiado calor al interior, para lo cual debe evitarse orientar este tipo de elementos al sur, ya que a diferencia de las ventanas, suelen colocarse en puntos más alejados del alcance del usuario y no cuentan con medios para regular la entrada de luz, tales como cortinas o persianas. También en el caso de las ventanas es muy importante considerar la orientación que estas tienen respecto a los puntos cardinales con el fin de proporcionar el adecuado asoleamiento a los espacios arquitectónicos del interior.

La iluminación artificial

La introducción del uso masivo de la electricidad a finales del siglo XIX contribuyó de muchas maneras al progreso también de la arquitectura al introducir una forma de iluminación segura y confiable que ya no dependía del fuego. La invención de una bombilla eléctrica comercialmente viable por parte de Thomas Alva Edison (otros inventores ya habían creado luminarias incandescentes anteriormente pero que eran muy poco durables), supuso una gran revolución al lograr la iluminación de los espacios interiores con condiciones similares a las provistas por la luz de día, lo que permitió prolongar las actividades tras la puesta de sol y también dotar a la arquitectura de un nuevo lenguaje en el que la luz, la textura y el color mejoraron las propuestas de diseño.

Distintas aplicaciones arquitectónicas de luminarias (De Izq. a Der., fluorescente de techo, halógenas de techo y de riel, reflector de piso LED)
Distintas aplicaciones arquitectónicas de luminarias (De Izq. a Der., fluorescente de techo, halógenas de techo y de riel, reflector de piso LED)

También la luz artificial, sobre todo en las edificaciones comerciales e industriales ha servido como sustituto de la luz natural permitiendo crear edificaciones sin ventanas y permitiendo explorar nuevas posibilidades formales de diseño. A pesar de que no es muy recomendable sustituir la luz natural por la artificial, es importante destacar que la luz artificial permite una gran variedad de propuestas de diseño, ya que las luminarias modernas permiten el empleo de numerosos tonos e intensidades que generan diversas sensaciones al observador, así tenemos por ejemplo que las luces tenues y de colores cálidos invitan a la contemplación relajada (como las que se encuentran en museos), mientras que las luces intensas de colores fríos (como las que se encuentran en fábricas y comercios) invitan a la concentración y a la actividad.

Distintos tipos de luminarias (De Izq. a Der. foco Incandescente, reflector halógeno, espiral fluorescente, tubo fluorescente y foco LED)
Distintos tipos de luminarias (De Izq. a Der. foco Incandescente, reflector halógeno, espiral fluorescente, tubo fluorescente y foco LED)

Para comprender mejor todas las aplicaciones de iluminación artificial, es preciso conocer los diferentes tipos de luminarias que existen en el mercado, las cuales se pueden emplear en una gran variedad de montajes tales como rieles con reflectores pequeños, reflectores de piso (popularmente conocidos como “spots”), reflectores orientables y las tradicionales lámparas de techo omnipresentes en todas las edificaciones, las cuales pueden ser de tubos o iluminar un solo punto. Actualmente las luminarias más comunes en el mercado para aplicaciones arquitectónicas son de los siguientes tipos:

  • Fluorescentes: Consisten en tubos rellenos de gas neón y vapor de mercurio que al reaccionar con un estímulo eléctrico se ionizan emitiendo luz. La luz de éstas lámparas suele ser de un color frio y una tonalidad intensa, lo cual aunado a su bajo costo las vuelve un medio popular para iluminar edificaciones tanto residenciales como comerciales, actualmente se les comercializa tanto en tubos rectos como en focos que consisten en un tubo espiral que les da una forma muy característica.
  • Incandescentes: Son el tipo de luminaria eléctrica más antigua que existe, consisten en una bombilla de vacío hecha de cristal, que contiene un filamento que al recibir la electricidad se calienta emitiendo luz, el cual está hecho de tungsteno. Éste tipo de luminarias han caído en desuso por su alto consumo eléctrico, sin embargo todavía es posible encontrarlas en aplicaciones decorativas.
  • Halógenas: Son una variante de las luces incandescentes con la ventaja de que son más eficientes que las anteriores, ya que el interior de la bombilla está lleno de un gas halógeno (como el Yodo o el Bromo) lo que genera un equilibrio químico con el tungsteno del filamento aumentando su durabilidad. Éste tipo de luces tiene la particularidad de que generan mucho calor, por ello el cristal de la bombilla está hecho de cuarzo y son más pequeñas, por lo que sus mayores aplicaciones están en la iluminación decorativa como reflectores y también son de amplio uso en el medio automotriz.
  • LED: Los diodos emisores de luz (LED, por sus siglas en inglés) consisten en semiconductores de pequeño tamaño que emiten fotones, lo que les permite emitir luces de diversos colores de acuerdo al material del que estén hechos. Tienen como ventaja su bajo consumo de energía, y que pueden emitir una luz blanca de tonalidad cálida sin necesidad de calentarse previamente (como las luminarias fluorescentes). Así mismo sus costos de fabricación están disminuyendo por lo que en un futuro reemplazarán a las luminarias halógenas y fluorescentes, ya que pueden adaptarse a muy diversas aplicaciones, tanto como luminarias decorativas, como luminarias principales.

El uso de la iluminación indirecta y de la iluminación directa pero mediante numerosas fuentes de pequeño tamaño (tales como los reflectores de bajo voltaje), permite crear diversos montajes con cierto sentido artístico, destacando elementos arquitectónicos y del paisaje, convirtiéndose en una importante parte del diseño junto con la forma y el color, permitiendo incluso que un mismo espacio arquitectónico ofrezca dos escenarios muy distintos en el día y en la noche. Éstos elementos se aplican sobre todo en fachadas, permitiendo obtener un sinnúmero de interesantes escenarios arquitectónicos que complementan la función de la edificación otorgándole también un nuevo significado artístico.

Fuentes

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